Graffiti que el transeúnte copió de una enorme pared en su querido cuaderno, luego de estremecerse al leerlo.
“Para nosotros, los de la irrelevante actuación, los de largas, lentas y becacinas horas de naranjas en las acequias, los no partidarios del exilio; los de los estigmas en forma de corazón tatuados en la piel.
Nosotros –
Los mismos del escamoteo en las peatonales a cambio de una sonrisa para ganar la propia nada más
Sí, aquellos, los empavesadores de plazas con paños cubiertos de maravillas artesanales.
Para –todos- Estos hombres, mis hombres, nosotros, los inexorables patriotas del visaje sin brillo y hasta casi privatizado.”
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