13 de mayo
“Que bueno que existan las paredes, lo triste es que a veces tenemos por costumbre construir más de las que son necesarias”
Solo, como un transeúnte, cuya única necesidad es la de viajar, transitar, caminar, leer notas en los tranvías, asociar publicidades; ver parpadear biliares y callosas luces desde el suelo, socavando en la ictericia revolución del “siempre”, y en la tremenda revelación del “nunca”. Y entonces viajar. Ver envejecer noches y momentos. Contemplar cómo se diluyen las lágrimas en perfectos signos urbanos, en miserables manifestaciones que completen un, o ese párrafo inconcluso, que advierta el universo de lo suspensivo, que comarquen futuros niños gigantes de latón prolijamente repujado…
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